Me siento triste, ésta noche no hay farolas iluminando la calle, espero que cuando amanezca, pueda alegrar la vista, con las flores que suelen adornar los balcones del vecindario.
Deseo sentir de nuevo ilusión, olvidándome de las heridas lejanas, causadas en distintos puertos, donde se balancean de forma cadenciosa, las innumerables barcas.
No está en mi deseo, continuar siendo ese viajero de mares con olas y tempestades...
Intentaré por todos los medios, llenar el vacío que me inunda, dejando caer semillas en el camino, con la finalidad de llenarlo de color y alegría, antes de que se ausente el tiempo.
¡Ahora los luceros, quedarán huérfanos sin puerto!!, las nubes sin alas, y los silencios sin consuelo.
No anhelo, terminar suspirando con el trinar de los recuerdos, ni arrastrar esos besos perdidos en medio del silencio.
En bueno y conveniente, de vez en cuando, escuchar con la atención debida, esas voces que emanan de las heridas del alma.
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