Nuestro escuchar es siempre con una idea preconcebida o desde un punto de vista particular. No nos limitamos a escuchar; se interpone siempre la panatalla de nuestros propios pensamientos, de nuestras
conclusiones, de nuestros perjuicios. Para escuchar, debe haber quietud interna y atención relajada; hay que estar libre del esfuerzo
de adquirir. Casi todos vamos tras resultados, queremos alcanzar metas;estamos siempre venciendo y conquistando; en consecuencia
no escuchamos.
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