En el ámbito de la seducción, una persona sin especial atractivo pero
que sea consciente de un solo rasgo favorecedor- por ejemplo los ojos-
es muy probable que tenga más éxito que aquella con todos los atributos
de belleza, pero que está acomplejada con una parte de su cuerpo que
no legusta. Resumiendo: de forma independiente de su atractivo físico,
las personas seductoras enseñan a su cuerpo de hablar de lo que hay,
en luigar de lo que no hay.Los aspectos positivos, ayudan a multiplicar
el poder, mientras que si nos dejamos arrastrar por nuestras carencias,
estas nos paralizarán.
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