Gigante de los aires tu eres, aprecio como se agita tu vestidura gris, cerca de tu presencia ruge el mar, y con golpes azotadores, causa heridas a las rocas de la playa, bañas con tus olas, la arena caliente, de la que emana un velo vaporoso que asciende hasta el cielo. Déjame contemplar tu cara serena, pues de entusiasmo mi alma llena. Cuando las estrellas se apagan, se colorea la rosa de oriente, mientras las sombras, se unen a occidente, y las nubes lejanas del sur. Hoy el día está limpio y la noche tranquila, el mar en calma, y el aire dormido, por ello, no grita tu negra cabellera repleta de rizos. Estrellas como puntos de oro, se reflejan como luces trémulas, en el espejo del mar, y de forma especial, en esas madrugadas en las que la almadraba está inactiva.
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA