No necesité saber si eras la savia
espiritual ,que nace en el vergél de los
infinitos valles que crecen alegres, en aquellos
lugares cercados por las columnas montañosas.
Sin sentir el alborotado aroma de tu piel desnuda,
que clama el beso pasional, libre de las ataduras
del ropaje clamoroso.
Es el embrujo de tu voz que cobija ,mi solitaria
estadía en este confín del mundo, de rocas
escabrosas.
Nos reuniremos en el atardecer de la mágica
locura, deseada por nuestros cuerpos que esperan
la caricia suave ,como aguas tibias que se deslizan
por nuestras íntimas paredes, que atesoran el sublime
deseo de sentir el placer oculto del extremo goce.
En el ansiado momento de unirnos, por lo que resta de
esta corta existencia.
Rogaré que viertas en mi rostro, las pócimas que en las
noches de los encuentros de las hermosas brujas,
han obtenido de las flores, que esperan el pólen del amor
maravilloso.
Te amaré con el sigilo de la luz,que la luna, nos obsequia
en su nacimiento mas grandioso.
Te amaré pòr siempre, mi hermoso conjuro de la alcoba
de sábanas blancas, que desean que nos amemos
hasta el último momento, donde el amor enciende el fuego
de nuestros ojos.
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