De no atender el día de hoy provienen la miseria, flaqueza desconsuelo e ineficacias de nuestras vidas, pues no concentramos nuestra energía, anhelo y entusiasmo en el día de hoy en que vivimos. Aprovechémosnos del hoy, sin
permitir que las horribles sombras del mañana, con sus presagios y temores, nos roben lo que hoy es nuestro, el
derecho a ser felices. Pase lo que pase, quiero obtener el mejor partido posible de este día. No permitiré que nada me quite la felicidad ni el derecho a vivir en paz.
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