Encuentro.
de nuestras vidas que se unieron,
en los altares del tiempo,
haciendo sagrados todos los
momentos,
cada instante donde nos abrazamos
sintiendo,
el calor de nuestros cuerpos,
despojados de las ataduras de cada tela.
que nos abrigaban de los tortuosos
frios de la noche invernal.
Ya no son necesarios los telares que
trabajan en las lejanas costas.
Hemos olvidado en esta noche, los solitarios
leños que los patios guardan,
para esta chimenea ansiosa de recibir
la llama voraz, jamás cautelosa,
para entregarnos al amor
que nada le importa,
sintiendo que somos amalgamas de
acuarelas de colores
maravillosos.
Deshojo de tus labios los besos
que me obsequias,
saciando mi sed con los dulces
néctares de tu boca.
No existen luces que atormentan mis
ojos,
solo el haz de la luz lejana de aquella
estrella silenciosa.
Desnudos en el río donde la pasión
son las aguas que en nuestros
valles se desboca.
Amantes sin tiempos,
guardianes de nuestro universo,
de los relojes sin formas.
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