Cuando las cosas vayan mal como en ocasiones suele pasar, cuando nuestro camino, nos ofrezca sólo cuestas que subir, cuando tengamos muy poco haber y muchas cosas por pagar, y precisemos sonreir aún teniendo que llorar, cuando el dolor nos agobie y no podamos ya sufrir, debemos descansar, para evitar desistir.Tras las sombras de la duda planteadas y sobrías, puede -sin lugar a duda alguna- surgir el triunfo anhelado y no el fracaso que temíamos. Ya no es dable a nuestra ignorancia, figurarse lo cerca que puede estar lo que tanto deseamos y lo juzgábamos lejano. Hay que luchar con tesón y fuerza, sobre todo, cuando las situaciones estén francamente mal, pues como dice el refrán, hace mucho más la persona que quiere, que la que en realidad puede.
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