Comprendemos al fin, que la esfera de las cosas llamadas
inanimadas, obedece las mismas leyes que rigen a los seres
vivos, que en el Universo, todo sigue el mismo principio,
o sea, que nunca se posee nada en ninguna parte ni en
ningún tiempo, a través de la violencia: que el mundo suele
escapar a los ambiciosos en la misma proporción en que
ellos se esfuerzan por apresarlo, y que es necesario, ante
todo, dejar de desear con egoísmo para empezar a obtener,
para empezar a comprender realmente la esencia de las
cosas y de los seres, para fisurar en suma, la cárcel de
cristal. Hasta las piedras son capaces de devolver amor
por amor, porque todo es un eterno juego de ecos.
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA