LA CASA DE LAS MARIPOSAS MUERTAS

Oh, mariposa quién violó tu libertad?

Ella, soñaba volar, encontrarse con el sol, jugar con muñecas de nubes, pero no podía hacerlo.

Un dolor muy profundo como un puñal atravesó su corazón:

Su cuerpo inmòvil quedò tirado en el lecho.

Se desbordó en su conciencia un mar de recuerdos dolorosos que la llevò a la casa de las

mariposas muertas. El corazòn del miedo empezó a latir en su memoria, ante sus ojos se abriò la

puerta y viò reflejada la imagen de una niña con la inocencia burlada.

Ella comprendiò que estaba en el jardìn de los sueños, una ráfaga de viento atravesó la puerta

y la cerró, asì comenzó el viaje de retorno. Esa noche resucito en su mente la bestia que devoro sus sueños

primaverales, como un gusano de la vida tragándose su aliento.

Hay una niña perdida en plena calle, vestida con harapos, llorando.

Mi rostro se asoma en su cara, de su mirada escapan pàjaros ciegos.

Estoy atrapada en la noche.

La casa esta en ruinas, el sol de los sueños se apagò. Muy cerca de la casa corre un rìo dormido.

Allí hay una piedra grande manchada de sangre con cicatrices de inocencia, en sus aguas la soledad se pudre

como las hojas en otoño.La niña lleva en sus manos una flor de calamidad. Ella ha sido violada por la vida.

En un rincòn de aquella casa, hay una cuna sin canto con la sombra de una niña abandonada preguntándose:

Donde estàs papà? Por que no me sostienes en tus brazos? Por què no me defendiste aquella noche?

cuando esas manos sucias tocaron mi cuerpo, quebrando mis alas, desangrando mis sueños. Por què papà?

La casa esta llena de pàjaros ciegos, en el piso caen mariposas muertas y luciérnagas mientras van volando el cielo.

Ay, el grito deja en las cuerdas del viento un temblor. Todo se ha roto en su mundo.

Ay, como tiemblan las calles al ver pasar la carroza fùnebre con el càdaver de la inocencia

Era de madrugada, cuando los sueños se derritieron, se convirtieron en cenizas.

Ay, tiemblan las horas como una cuerda de viola, el grito doloroso corre como sangre por las venas.

Cae la noche. Las estrellas, la luna, se ocultan asustadas.

La brisa recoge su traje invisible y se oculta entre las ramas de los árboles.

Un silencio macabro recorre las calles polvorientas.

La pequeña infancia de pasos cortos quedò tirada en el patio de aquella casa donde un dìa

la ternura abrió sus brazos. Ahora mismo te marchas. Igual que lo hizo mi padre.

Padre, tu ausencia ni siquiera puede alumbrar las sombras de la memoria, porque tù siempre has estado ausente.

Ya no importan los arrepentimientos que jamàs se atreveràn a volver sobre las pisadas de la culpa.

Quisiera perdonarte, pero no puedo.

Alla afuera de donde vengo hay una niña solitaria, estudiosa, llena de sueños que juega con mariposas a orillas

de un rìo y una quebrada junto a la casa.

Inocencia, hoy aquì adentro donde yo aùn te espero hay un cielo donde vuelan rostros de seres amados

aùn por encima del odio.

Quizàs algùn dìa nos reuna de nuevo el tiempo en otro tiempo en la casa llena de amor, flores, pàjaros, àrboles,

lucièrnagas, y un rìo con muchas madrugadas alegres y mariposas brotando de las piedras.

Quizàs padre en ese tiempo tu puedas cantar una canciòn de cuna para mì.

Aida Viloria

Maracaibo, marzo de 2014

Vistas: 334

Comentario

Comentario de Emilio Dominguez Cortes el marzo 18, 2014 a las 4:22am: Un relato conmovedor, sutil, humano y sensual el que nos dejas el día de hoy. Te felicito por el mismo.

Creo que deberías hacerle caso a Erika, es importante definir y dejar clara las intervenciones de los personajes que forman parte del mismo. De todos modos ambos sabemos que el arte de escribir no es nada facil para la inmensa mayoría de nosotros, todo es cuestión de aprender a pulir y darle el tratamiento correcto, pero el mensaje o contenido tiene su parte importante, eso no podemos olvidarlo. De hecho algunos escritores cuando terminan su trabajo, lo entregan a los correctores para su revisión y son estos los que terminan de darle el veradero carácter.

Un saludo