Ella ha decidido andar, correr, reír, cantar y bailar..
Actúa, como si hubiera tragado, un pedacito del sol
del amanecer, emanando de su pecho, una fina lluvia
de chispas de oro.
¿No habrá otro modo, otra forma de mostrar la felicidad,
sin que a los ojos de la gente, parezca que estamos ebrios,
o en posesión, de algún transtorno transitorio de la personalidad?.
Los seres civilizados, a pesar de disponer de raciocinio,
e inteligencia, entiendo que en ciertos momentos, se
comportan de forma algo estúpida, al no admitir, esa
alegría o euforia momentánea.
¿De qué nos sirve, poseer un cuerpo, si lo mantenemos
encerrado en un embalaje, como si se tratara de
algo inanimado?
¿Para que disponemos de libertad de acción, si no podemos
ejercerla sin evitar comentarios desafortunados?
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