La mañana está fría, pues aún está dando los últimos
coletazos el crudo invierno...¡El frío ha llegado a colonizar
mi frente!!.
El reloj, sigue engullendo el tiempo, mientras que las
paredes de la habitación, conserva su estructura geométrica
rectangular, sin ánimo aparente de cambiarla.
Miro por la ventana, y aprecio una montaña en la lejanía,
cuya cima, parece lamer unas nubes algodonosas.
Al llegar el mediodía, el sol, decide entonar su himno de
fuego, mientras, el viento sopla impregnado de aroma
rescatada al mar cercano.
Presiento, como esta costa, emite canciones que alegran
las incesantes olas, mientras la playa murmura soledad.
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