Al llegar la primavera, dulce vida recobra la magia del amor,
los campos se visten de flores, y respiramos agradables aromas. Las semillas en la tierra fértil, se muestran inquietas.
Por el aire se cruzan las diminutas partículas de polen dándose besos al pasar.
Se exaltan los corazones, y los pensamientos alientan cosas
agradables.
Venturoso es quien muere soñando, e infeliz quien no lo
hace.
Los arroyos, nos muestran satisfechos de su caudal de agua
cristalina, los pinos agradecen la brisa que peina sus copas.
En la campiña debido al silencio imperante, apreciamos
el sonido de algunos insectos al llegar el mediodía.
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