Más importante que la inteligencia, es la alegría de
ver que uno es capaz de vencerse, ponerse metas
y cumplirlas.
Una persona con voluntad, llega en la vida más
lejos que una inteligente. Y esto lo vemos de entrada
en el panorama del estudio, ya que éste es un termómetro
que registra muchas cosas concretas de la conducta de
una persona.
Muchos que han abandonado sus estudios, se han
dado cuenta después, de que su problema no era
de cabeza sino de método.
Cada uno se educa a sí mismo a través de sus
experiencias personales...
La vida, enseña más que muchos libros. Ella es
la gran maestra.
Lo que sucede, es que en ocasiones, ese conocimiento
es tardío y ya sólo tendrá aplicación inmediata.
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