Es curioso y sorprendente comprobar, como algunas de las personas ausentes, desean entrar con sigilo en el cuarto donde tenemos
guardados los recuerdos..
Las pasadas vivencias pierden paulatinamente su fragancia,
y con el paso de los años, los recuerdos se demoran en hacer
acto de presencia..
La tristeza se mitiga, y las lágrimas dejan de brotar.. tan solo lo hace,
alguna furtiva, que termina secándose a medida que se agota,
la fuente del dolor.
Un velo más o menos tupido, se encarga de cubrir nuestra retina, y las
figuras, se difuminan con el paisaje..
Colores nuevos, esperanzas nuevas, ilusiones nuevas, ayudan a distraer
el alma, alimentando el corazón
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