Hay madrugadas que suelen colarse por las ventanas de nuestros ojos, hasta lograr establecerse en el fondo de las retinas..
Cuando ocurre esto, nos llega incluso a nublar el entendimiento.
Existen otras,que tienen un fiel propósito: no dejarnos descansar, creando incluso cierto desasosiego.
Otras pueden compararse con el transporte urbano nocturno; vacío, solitario, sin apenas un poco de calor humano..
Como mucho, lo único que se puede encontrar en el mismo, es algún alma en pena que ha decidido vagar por la oscuridad de la noche, sin prisa aparente por llegar a su destino- quizás incierto-,
Entiendo que quizás lo que más nos apetece, es llegar a contemplar el nuevo amanecer!!
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