Mis Muertos.
Han partido los que amé tanto.
Su carne duerme en las tierras de la muda conciencia.
Quizás son los tallos de la hermosa flor que yergue su cuerpo,
entre los surcos de mi recuerdo,
donde están sus nombres,
sus sonrisas que ya ocupan un lugar, en los templos del Dios
del bondadoso dictámen.
Ya no hay lágrimas en mis ojos por su partida, solo mi mirada
al infinito,
que los nombra,
que continua anhelando detener los destinos,
volver atrás,
torcer los engranajes del tiempo, y saber que todo empezará,
como lo hace la abeja al panal,
voliviendo a zumbar, en las mieles que se derraman en
en los troncos del bello manzanar.
Dancen,
Dancen en rito espiritual,
dancen en mi memoria energías del mas allá,
porque hasta mi final las he de venerar.
Cuando los escritos de mi vida tengan punto final,
las esperaré en las estaciones del rezo esencial.
Que feliz seré de poder escuchar,
mi eco en las lunas del manantial,
donde ellos están,
donde ellos aman de verdad mis caminos,
porque soy su sangre,
sus huellas que dejaron en tiempos que han pasado,
que no volverán.
Ya nos uniremos amadas luces, en una sola gota,
en una sola brisa,
en un solo ventanal.
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA