El reloj de mi estancia, sigue engullendo el tiempo, y mientras tanto, las paredes de mi habitación, desea conservar su estructura geométrica rectangular, sin ánimo de alterarla..
Desde la estantería destinada a soportar mis libros, percibo ciertos susurros que salen de su escondite entre las letras algo estranguladas.. Entre líneas, oraciones y renglones, se contonea un espacio con deseos inusitados de verse libre..
Al llegar el mediodía, el sol, decide entonar su himno de fuego...
Y el viento sopla empapado de humedad rescatada al mar cercano.. Presiento, que la distancia viajó hasta ésta costa, para incitarle a emitir canciones melodiosas a las olas, mientras la playa murmura su soledad.
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