Nuestro día a día, está lleno de momentos en que la belleza oculta de la vida emerge a nuestra conciencia, como un inesperado destello de luz...
Sin embargo, demasiado a menudo parecemos estar ciegos a estos momentos.
Estamos demasiado ocupados con nuestras obligaciones diarias, con nuestras idas y venidas, para proporcionar a nuestro corazón, la calma necesaria para escuchar las canciones más dulces que nos proporciona la vida, sin apenas haberlas solicitado.
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