Aquí me encuentro sentado frente una taza de café humeante, acompañando la mañana con mis pensamientos. Aprecio como flotan en el oloroso líquido imágenes del pasado, pero se muy bien que el día de hoy está presente como lo estuvo el de ayer. Deseo aprovechar este momento de sosiego, para ofrecer mi amistad a ese brujo que ha decidido pintar los encantos de algunas palabras. Ha llegado la hora de reflejarnos el uno en el otro para dar forma a la realidad oculta. Hay que permitirle a nuestra mente que pueda dibujar algún que otro sentimiento oculto.
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