Nunca una manos cálidas, habían pintado acuarelas
tan magníficas y expresivas, con el uso o empleo de
un sólo pincel.
¡Jamás, el olor se había disfrazado en duende de la
noche cerrada!!.
Nunca se fugaron los besos en el amanecer, llevándose
el perfume de una rosa temprana.
Hay ojos, que no desean derramar una sola lágrima,
cuando el alma los embarga con la tristeza.
Amado silencio, hoy vengo a ti, por favor, hazme
sitio, quiero contarte mi deseo...
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