Con esa luz timida que las calles de una pequeña ciudad, a sus habitantes obsequia. Calles con olor a pastizales frescos.... Calles donde el cemento, es un extraño elemento. Parral su belleza muestra. Parral donde mujeres jóvenes con sus largas faldas, preparan el té y el pan, que con mantequilla, su hombre se servirá como una gran cena. Alimento que agradecerán al Dios, que visita su humilde mesa. Debo preguntar. Es necesario preguntar por el gran poeta. Dónde ha vivido todos estos años ,el alma del sagrado verso. Dónde esta el hogar que lo vio nacer entre uvas y sacrificados bueyes. Dime pablo. Dime Neruda, si la fuerza incontrolable de la tierra, se llevó tus primeros juegos. Que orgullo siento. Que felicidad recorre mis venas. En parral estoy. La ciudad que te dió su bella pluma, y sus claros cielos. Gracias amada compañera. Me acompañaste a visitar la inspiración pura de Neruda, y la pureza de sus primeras tierras.
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