Tú, me mirabas confundida, yo, en cambio, veía en tus
ojos, dos estrellas asomadas.
Abrí la ventana, llegando un agradable aroma a romero
en flor. Le comenté, si quería asomarse y contemplar, como
suspiran las flores nuevas...
Creo, que mis sueños, son como el agua en sus manos, se
escurren entre sus dedos, y su cuerpo, es un camino
que no se deja recorrer, y la brisa se transforma
en un lamento que llora cada atardecer.
Tú, eres en las noches el sueño, y durante el día mi hechizo.
¡Se, que tu cuerpo es poesía, y tu voz, puro sentimiento,
por eso las palabras que brotan del corazón, llenas de verdad
y sensibilidad, deben ser escuchadas!!.
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