El cielo muestra una tonalidad azul, mientras el sol
aparece con deseos de ser contemplado...El arbolado,
se reviste de argenta, incluso el último retoño del
sotobosque, adquiere una tonalidad ocre dorada, igual
que la melena del viejo león de la estepa africana...
Ha llegado la hora, en que las nubes de fuego de poniente,
adornen la tarde...llegó el momento mediante el cual,
la brisa al pasar entre el ramaje del arbolado, nos haga sentir
su leve rumor.
Mientras el día se prepara para dormirse con el beso
de la noche, hay quien suspira por besar los labios
del deseo.
Que bonito es llegar a ser como una isla en medio
del mar de la vida, para quien decida llegar a ella
se olvide de la tormenta pasada.
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