Somos muchos, los que hace algún tiempo, nos sentimos
anclados en nuestros sueños.
Estamos establecidos,en la arena de nuestros sentimientos,
y con cierta frecuencia, solemos adentrarnos en ellos, para
lograr alcanzar la meta tan deseada.
Enajenados quisiéramos sentirnos, para evitar tanta desventura,
y de ese modo, proseguir el camino por los senderos y vericuetos
de la propia vida. Entiendo, que ha llegado la hora de ver
adornada la tarde, con la presencia de esas seductoras y
cálidas miradas...
Hay personas, que son lo más cercano en la distancia, ellas
-sin lugar a duda alguna- son las que llenan el vacío existente
en nuestra alma,deseosa de atenciones.
alma
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