El día a día, está lleno de estímulos que nos lleva al
agotamiento y la dispersión. El móvil, la radio, la televisión,
todas estas distracciones, proyectan nuestra mente en muchos
frentes impidiéndonos "darnos cuenta" de lo que estamos
haciendo.
"La atención hace el genio; todo lo que aprendemos, depende
de la calidad de nuestra atención". Por lo tanto, un requisito
para gozar de perspectiva, es ganar cierto grado de atención
sobre nuestra propia vida, lo cual implica preguntarnos si...
- Trabajamos más de lo que deberíamos y que obtenemos a cambio.
- Hemos elegido este tipo de vida conscientemente, o nos dejamos
arrastrar por la inercia.
- Vivimos para los demás o para nosotros mismos.
- Tenemos claras nuestras prioridades y actuamos de acuerdo
con ellas.
Respondiendo a estas preguntas, adquirimos perspectiva
sobre nuestra existencia y,por lo tanto podremos hacer las
correcciones necesarias para vivir de forma más coherente
con lo que somos y deseamos ser
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