Honor, con mayor fuerza y sentimiento, que el profesado,
dudo mucho que pueda arder en pecho alguno..
Comprendo que mi voz, se sienta refrenada, pero no duda
un instante en comprender al viento, cuando sopla
sin tregua en los atardeceres otoñales.
Al contemplar la primera luz de la mañana, observo, como
intenta que permanezcan cautivos los aconteceres
que pudieran devenir, situación mediante la cual, me obliga
a permanecer impávido, hasta que despunte el sol, y sepa a ciencia
cierta, que la hermosura de la naturaleza, sucumbe ante
la luminosidad tan especial de tu mirada
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