Dias pasados, decidí dar un ligero paseo por aquellos lugares
que hacía tiempo dejé de frecuentar, por estar un poco alejados
de mi actual residencia. Me sorprendí ante el cambio ocurrido.
Las casas con su respectivos jardines, ya no despredian el
aroma de sus flores como tiempo atrás. Las pocas personas
que encontré, tenian el aspecto de estar tristes y melancólicas.
Daban la ligera impresión, de no vivir tal y como les gustaría
hacerlo. Las pequeñas plazas del lugar están desiertas, ya
no existe interés alguno en hacer amistades en el vecindario.
Incluso la propia sombra de la tarde, se muestra triste,
desapacible y sin compañía alguna.
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