Resulta muy triste comprobar, como el amor en ciertas ocasiones pierde la razón de ser. Igual sucede con la intensa lluvia, mediante ella, termina convirtiendo en cenizas lo que en su momento fue hoguera. Comprendemos y sabemos que los pétalos de las flores, tienen una corta existencia, pieden su belleza, pero a pesar de ello por un corto período de tiempo perdura su fragancia. Que difícil resulta tener las manos vacías de algunas caricias necesarias, y al propio tiempo mantener extraviados los sueños, las quimeras y los amores que ya no están dispuestos a seguir esperando.
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