Una de las situaciones más importantes y principales es no
mentirse a uno mismo. Pues el que se engaña a sí mismo,
y encima se cree sus propias mentiras, deja de distinguir la
verdad, tanto en su interior como a su alrededor. Esto le
conduce a no prestar atención a sí mismo ni tampoco a
la gente. De lo que se deduce lo siguiente:Quien no presta
atención a nadie, también deja de querer; y se entrega a
las pasiones para entretenerse y tratar de divertirse pero
sin amor.
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