En el cuadro "El caminante" -del romanticismo alemán-
de David Friedrich, plasma la soledad como semilla
de la acción iluminada.
Muestra a un hombre de espaldas en lo alto de un
risco, que bien podría encarnar las cumbres del
pensamiento.Su actitud es serena, apoya el bastón
sobre la roca, porque no quiere perder el contacto con
lo terrenal: las ideas deben servir al mundo, y no
quedarse en un juego intelectual que empieza y termina
en si mismo.
Ante él, se extiende un mar de nubes, un paisaje
inquietante que representa las dificultades de nuestra
existencia. El caminante, se eleva por encima de ellas
para adquirir una perspectiva amplia y volver al mundo
con lucidez. Hay algo en su postura que nos indica que
hallará su camino por intrincado que sea.
A mi entender,este es el sentido de la soledad
creativa, cuando somos capaces de apartarnos del
mundo, para regresar a él llenos de energía y nuevos
planes.
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