Suspiro.

Un día mientras dormía inundaste mi mente, entrando en ella, como de una vulgar ladrona se tratara, con la exclusiva finalidad de apoderarte de mi entendimiento. Buscaste el camino idóneo para llegar sin gran esfuerzo a mi corazón, mediante un atajo que tenía tu nombre.De regreso, se te escapó un suspiro, al lograr partir en silencio del interior de mis sueños, pero quedó un aroma en el aire que me confirmó tu fugaz visita. Manifiesto que al día de hoy, ese suspiro emitido a pesar de ser lejano, siento de modo fehaciente que ha pasado a formar parte de mi, sobre todo al haberse anclado en el puerto de la dicha.
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA