Te propongo, acariciar el delicioso fruto del cerezo, y el crepúsculo lánguido del deseo herido..
Caminemos de la mano al unísono, de ese modo, podré ser cántaro y tu la lluvia.. Tú serás el cielo, y yo el infinito de tus besos..
No está en mi deseo, el seguir navegando más tiempo, embarcado en el velero de las curiosidades errantes, ni tampoco, sumergirme en la sombra de la pálida luna!!
Te fuiste cuando te quería, y me amabas cuando te fuiste...
¡Qué paso sirena del viento?
Qué nube extraña cruzó la tormenta?
¿En que puerto me quedé sin amarre?
¿Dónde se quedó anclado tu velero al pensar que la tormenta sería eterna?
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA