No hay castigo más terrible que realizar un trabajo que resulte
inútil y carente de esperanzas...
Los seres humanos, no vivimos en un infierno donde nos fuercen
a realizar una tarea extremadamente pesada, pero más de uno
suele empeñarse en hacer ciertas cosas que no son productivas
y menos aún esperanzadoras. La inercia le hace echar a rodar
una vida que no le gusta ni siente como propia.
Esta liberación se producirá el día que decida abandonar
esa carga buscando prados más verdes, pues allí se encuentra
la esperanza.
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