Cuando Henley escribió el poético verso " Yo soy el dueño
de mi destino, el capitán de mi alma", habría podido informarnos,
de que somos los dueños,de nuestro propio destino porque
somos, ante todo, los dueños de nuestras actitudes.
El poeta habría podido decirnos con gran entusiasmo que
esta ley actúa tanto si las actitudes son destructivas como
constructivas.La ley afirma que convertimos en realidad física
los pensamientos y actitudes que albergamos en nuestra
mente, con independencia de lo que sean. Sin embargo,
cuando nuestra actitud hacia nosotros mismos es positiva y la de
los demás generosa y compasiva, atraemos grandes
y generosas parcelas de éxito.
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA