UNA TARDE...

[Emilio Dominguez Cortes]

 

Atardecía con pausada lentitud...

Unas nubes opulentas, cubrían el cielo henchido de calma..

Un fino viento soplaba desde la hondonada, haciendo suya la tarea de dispersar algunas hojas desprendidas que resignadas se dejaban arrastrar sin más preámbulos...

 

Al despuntar la mañana, la lluvia -fina en su inicio-, se hizo andrajosa, y en el campo, el gozoso ritual, se convirtió en oración ignorando la razón.

Allí se quedó dormida, bajo un ajado porche, mientras contemplaba la lluvia clemente.

Cuando despertó del liviano sueño, escuchó las palabras de silencio que había oído en su secreto corazón.

" No creas en la verdad..ni aceptes la mentira"

Has de ser valerosa y libre mirándote a ti misma!!

Momentos después, cesó la lluvia!!

La madurez, es la edad en la cual, uno no se deja engañar por si mismo!!

[Emilio Dominguez Cortes]

Gracias Angiemar por tu comentario, por supuesto que muchas situaciones tienen su importancia, es más, incluso algunas que a simple vista puedan carecer de ella, si nosotros lo queremos podemos dársela..

 

Gracias Jennifer

Un saludo

[Emilio Dominguez Cortes]

Amiga Erika, mi distinguida seguidora y lectora, te diré que no puedo negar la evidencia tan clara del recuadro que decora de forma sutil tu acertado comentario. " Las lágrimas que más duelen, son las que no se lloran".

     Los relatos hay que reflejarlos con veracidad siempre que sea posible. Intentar entrar en quien ha decidido pasear por sus letras es causa o motivo primordial para que llegue el mensaje de la forma más clara nítida y consecuente.

     Aprovechar los momentos de los cuales disponemos es una obligación que debemos hacerla nuestra, de ese modo evitaremos lamentaciones posteriores por no haberlo hecho Ya sabes..." Debería pero no llegué a realizarlo", esto se convierte en un cúmulo de lamentaciones vanas, pues tan solo está en nuestra mano o mejor dicho en nuestro comportamiento llevarlas a cabo o buen término.

Un saludo