Reconozco, que peso poco en tu vida, -casi nada diría
yo-, es posible que sea como un leve rumor, como la
brisa liviana, como un sorbo de fresca limonada bebida
con calor y con prisa.
No está en mi deseo, adelantar el sonido de tus pasos,
ni tampoco distraer la salve de tu misa...
Se, que en tu frente de nardo, no llego a ser, ni recuerdo
ni sonrisa.
En cambio, tu lo eres todo para mi, monte, canción,
mar templado, ¡el pulso de mi sangre!!.
Intento, subirme a un andamio, desde el cual esparcir
ese amor, a pesar de saber que nació fracasado.
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