Viajando inmerso en mis sueños, puedo contemplar un gran número de situaciones, procurando no tropezar con las rocas del dolor y la desventura. Disfruto visionando la ribera de mi río preferido discurriendo por su curso sinuoso pero seguro y tranquilo. Embarcado en mi sueño suelo atravesar el arco iris, pudiendo apaciguar aquella pasión clandestina, que antaño solía inundar mi cuerpo. La noche me pertenece, te la ofrezco, le pondremos una música agradable y cabalgaremos a bordo de nuestra alfombra sarracena del deseo, ella nos conducirá al lugar donde suelen habitar las hadas buenas.
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA