Quiero decir que atesoré alegrías y música para paliar la tristeza, dibujé lagunas sin agua, y cielos de color azul, penetré en el dolor y el amor entre sonrisas y lluvia de lágrimas heladas. He sido pescador de sueños algunos inalcanzados. Entiendo y comprendo que no es para nada bueno seguir ciego por más tiempo, tampoco lo es ver como la vida se escapa a borbotones, entre miedos y luces ténues. Debemos contemplar, como retumban las horas en el balcón del futuro incierto. Os prometo de ahora en adelante, hacerme sabio de risas, hurún de lamentos y capataz de suspiros sin vicios. No estoy dispuesto, a seguir soportando que me asusten las madrugadas vacías.
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