Somos muchos los que sentimos sed de esa primavera pasada, pues con ella se alejan los brotes agradables de temperatura. Me encantaría poder recorrer esa piel de crisálida y besar esa boca de granada en flor... Debería abrazar tu cuerpo hasta adueñarme de la madrugada. Eres la mujer de las mil tardes y dos mil noches con esos ojos negros, puestos en el desierto del mismo cielo. Sabes callar, admirar, tolerar y jamás está en tu intención, engañar bajo ningún concepto. Eres mujer que disfruta profetizando con con talento y parsimonia.
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