Mi gran deseo e ilusión es poder verte como clavel encendido de sueños, y no como moneda de plata que solemos guardar en el cofrecillo de caoba tallada. Los ojos en muchas ocasiones lo que desean es el poder encontrar aquello que buscan. Muchas veces tenemos las cosas delante de nosotros y no logramos verlas; entiendo que puede obedecer a tener el alma sometida a ciertos desvaríos. Ay, alma mía, ¿por qué decidiste volar con tanta premura y hacerlo con alas que no eran tuyas? Me alegra saber que has llegado a entenderme sin apenas pronunciar palabras.
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