Por favor, no me analices ni definas, limítate a darme un abrazo efusivo, y luego haré un poema con tu nombre y mi sentir...
Quizá la brisa del atardecer, despierte de nuevo mi ilusión, con la finalidad de dispensarte la atención que te mereces...
Confieso, que por temor, quise apagar mi fuego, y secar el pozo de los deseos, para cubrirlo con una ligera capa de tierra, pero las ascuas del amor, no desistieron, y seguí alimentando mis pensamientos...
Todo cuanto tiene principio, se transforma y fenece, las personas son el propio espejo de lo que llevan dentro.
Si nuestro corazón, dispusiera de la facultad de poder hablar, ¡cuantos misterios dejarían de serlo!!.
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