Hace ya bastante tiempo, que comprendo haber dejado muy lejos la niñez.
Jamás quisiera perder aquel tren que me transporta a tantos momentos vividos.
Al día de hoy, pretendo evitar por todos los medios, que llegue la ocasión, de sentirme hurtado al despertar cualquier mañana...
Mi sana intención, y mayor alegría, es recobrar la paz -hoy disminuida- y regresar al amarillo limón, de mis sueños pasados.
¡Deseo evitar, que llueva en mi corazón el agua de la nostalgia!!.
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