Ella, ha decidido ausentarse del mar, ya no tiene ojos
para el, ni nada que ofrecerle..
Entiende, que la magia existente durante varias semanas,
empieza a difuminarse, -pero se resiste-, intenta
instalarse, para encontrar un resquicio en medio del silencio, que
le sirva de estímulo, ante esa soledad anunciada.. quiso recolectar
esas miradas perdidas entre el adiós y el olvido temporal.
Su decisión, la considera..a modo de cierre de la estación estival,
notando al propio tiempo, un ligero cosquilleo que le llegó hasta el ombligo.
Momentos después, entendió escuchar un rumor que
le decía: ¡Aún no es tiempo de abandonarme, pues no se han
desprendido las últimas flores de los almendros!!.
Al alejarse, lo hacía recordando los gratos recuerdos
producidos por esos momentos pasados en su compañía
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