Un suave movimiento ondulado, aparace sobre el agua tranquila del
estanque, como si el ala de algún pajarillo la hubiera rozado...
La noche, se presentó plácida y tranquila, la luna brillaba con fuerza
y gran resplandor.
Si en nuestro corazón, reinan las nieves eternas del desencanto,
no debemos sentir ninguna preocupación, pues el cuerpo se encargará
mediante su poder quien la derrita.
¡Si es tu deseo, podrás sembrar en la tierra, ahora que está muy
receptiva, un gran número de semillas de paz y buenaventura, y
de ese modo tan especial, entrarás en la caverna de tu reinado
donde serás rayo de sol que todo lo ilumina!!.
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