Cualquier espíritu de comparación, impide el
florecimiento pleno de la persona, ya sea que
se trate de un científico o de un jardinero...
La más plena capacidad de ambos es igual,
cuando no hay comparación, pero cuando esta
interviene, surgen el menosprecio y las relaciones
envidiosas que generan conflicto entre hombres.
Como sucede con el dolor, el amor no es comparativo;
no puede ser comparado con lo más grande, o lo
más pequeño...
El dolor es dolor, como el amor es amor, ya sea
que exista en la persona rica o en la pobre.
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