Cuando el cielo ha decidido derramar amor sin limitaciones, llueven
pétalos de rosas sobre las almas que se sienten deseadas. ¡Cuanto
añoramos un tierno abrazo! y a ese pájaro del amor, que al despertar
emite su trino en señal de un canto a la vida. La inocencia del alma
no se pierde nunca. El que conoce el arte de vivir seguro que ignora
el aburrimiento, del mismo modo que una buena amistad duplica las
alegrías y divide por dos las angustias. Estoy convencido que entre
una mujer y un hombre, la amistad es una pasarela que conduce
al amor.
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