Lejos quedaron los vestigios de aquella prolongada ausencia, que
decidió permanecer anclada en la fina arena de la esperanza. Hoy
plantaré nuevos lirios y azucenas para engalanar el entorno, y en
el universo pintaré un marco dentro del cual, podrán jugar esas
aves plateadas, a la tibia luz del atardecer primaveral. Presiento
que pronto llegará el día que me llenará de esa paz tan esperada.
Las palabras suelen romper el silencio, acortan la distancia, nutren,
pero hay otras que no dicen nada en absoluto. En estos momentos
danzantes aromas perfuman mis pensamientos dibujando sueños
sutiles en el alma.
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