En una ocasión le preguntaron a Confucio,
¿En qué consistía el ayuno del corazón?
El maestro respondió:
-Concentra tu voluntad.No oigas con tus oídos,
sino con tu mente;no con tu mente,sino con tu
espíritu.Deja que tu facultad auditiva, cese en tus
oídos. Y que tu mente, cese con sus imágenes.Deja
no obstante, que tu espíritu, sea como una página en
blanco, y responda pasivamente a todo lo externo.
En tan abierta receptividad, sólo el Tao puede habitar.
¡Y esa abierta receptividad es el ayuno del corazón!!
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