Después de querernos tanto, y regalarnos noches de felicidad,
deseo ser de nuevo brisa para estar a tu vera. Con cierta
frecuencia, me despierto y siento frío, pues añoro la tamplanza
que me proporcionabas. Anhelo que seas mi estrella y mi guia,
en cambio yo, seré el lucero que ilumine tu camino.
Por favor, ven y no dilates más nuestro encuetro, pues el
tiempo suele esfumarse, del mismo modo que lo hace el
humo de la paja seca.
¡El corazón en ocasiones suele sentirse libre, escúchalo!!
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